La alimentación dentro del ámbito laboral no solo es una cuestión de gusto o rutina: es un factor clave en la productividad, el bienestar y la cultura organizacional. Sin embargo, muchas empresas caen en errores comunes al implementar soluciones de almuerzos o viandas para sus equipos.
Destinar tiempo para almorzar entre tu equipo de trabajo trae múltiples beneficios. En este artículo, repasamos los errores más frecuentes en la alimentación corporativa y, lo más importante, cómo evitarlos para mejorar la experiencia de empleados y empleadores por igual.
1. Elegir solo por precio y no por calidad
El principal error que resurge es optar por la opción más barata del mercado, sin considerar el valor nutricional ni la satisfacción del equipo. Para poder solventarlo sugerimos que apuestes por proveedores de almuerzos corporativos que equilibren precio y calidad, que trabajen con ingredientes frescos y propongan menús variados. Recordá: lo barato puede salir caro en términos de rendimiento y motivación.
2. No contemplar las preferencias y restricciones alimentarias
Ofrecer un menú único, sin alternativas vegetarianas, veganas, sin gluten o para personas con alergias podría contribuir a que tu equipo de trabajo o colaboradores se sientan insatisfechos. Puedes optar por un servicio de almuerzos y viandas saludables o con Social Lunch puedes solventar otras opciones nutricionales y dietarias para toda tu empresa u oficina.
3. Desconocer el impacto en la productividad
Minimizar el rol de la alimentación en el rendimiento laboral, generando horarios caóticos o comidas poco nutritivas puede llevar a que haya una gran rotación del personal. Para evitarlo te recomendamos planificar horarios de almuerzo adecuados y promover una cultura del break saludable. Una alimentación balanceada reduce el ausentismo, mejora la concentración y levanta el ánimo general.
4. Falta de variedad (el menú de todos los lunes)
Repetir menús hasta el cansancio. La famosa “milanesa del lunes” puede cansar incluso a los más fans del pan rallado. Para solucionarlo podrías pedir rotación de platos, opciones temáticas o menús semanales innovadores. La variedad en el plato también alimenta la motivación.
5. No medir la satisfacción del equipo
No saber si a tu equipo le gusta o no lo que están comiendo implicaría un gran ausentismo por parte de tus colaboradores ya que no se sentirán escuchados ni protegidos. Te recomendamos Implementar encuestas breves de feedback. Un proveedor flexible sabrá ajustar el menú según las devoluciones. ¡Escuchar al equipo siempre da buenos frutos!
Evitar estos errores comunes no solo mejora la experiencia diaria de tus colaboradores, sino que también se traduce en una cultura más saludable, feliz y productiva. Invertir en una buena alimentación corporativa es invertir en el motor de tu empresa: las personas.
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